San Emiliano es el final de una ruta y el comienzo de un trazado de higueras y hórreos. Las brevas ruedan por las calles de pizarra. Los gatos guardan en las ventanas. A la entrada de cada casa las hortensias se escalonan y la humedad del verano se concentra en los racimos de uva que cuelgan de los enredados de parra. En las esquinas los gallos duermen a la sombra, mientras las gallinas llenan de sonoridad los bajos de los hórreos.
Quién fuera gato en San Emiliano!
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