Oda al libro
Con ellos podemos alzarnos a colocar
una bombilla, elevar el portátil para corregir la postura, colocarlo de
almohada en un parque, de parasol de una siesta, en un estante es el sonido más
lleno que nos refugia del ruido; sirven para pasar página o construir un muro
contra el frío, o guardar entre sus hojas una carta o el billete de un viaje
inolvidable, para abrazar algo sólido o ir con él de la mano porque se adapta
al humor, al trayecto, al cansancio, como los buenos amigos, en un abrir y
cerrar; y no gasta ni daña si lo dejas abierto sobre el cuerpo dormido.
Sirven para estar y no estar en las distancias cortas, nos eximen de hablar por hablar; para infiltrar el silencio en una sala de estudio, o compartir una frase y entablar amistad en un café de bohemios. Y luego está lo de dentro, esa odisea que nos transporta por líneas de tinta, ese hundir la nariz en el papel, el avance del índice por la expresión que nos hizo recordar un instante, o un sabor, o un paisaje, o los ojos que nos imaginaron una vez.
Escrito días antes de recibir el libro Cocina para Disfrutones
Lucía Alcina
Descripcion tan original como cierta!!!
ResponderEliminarPero si alguien se expresa asi de bien, tiena que seguir escribiendo sea de lo que sea. La Cocina para disfrutones, espero tenerlo pronto
.!! GUAY.!!